Cada joven lleva escrito en el propio corazón el deseo de Dios, el deseo de una vida plena.
Esa sed apremiante de respuestas, de sentido, de motivos. El corazón de cada uno ha sido creado lo suficientemente grande para contener al Dios mismo. El Sistema Preventivo es también una espiritualidad donde no se enseña a Dios: se narra diariamente con el testimonio y la pasión educativa.
Evangelizar es acompañar a descubrir a Jesucristo en el pequeño universo de cada joven, en el jardín de la vida cotidiana.