La experiencia de «sentirse en casa» suscita un ambiente rico de confianza y familiaridad.
Es la propuesta del Sistema Preventivo: una serie de experiencias y valores transmitidos por el testimonio de los educadores y por el acompañamiento de quien ama y es amado.
No basta acoger. Es necesario aceptar, sin filtros. Estar ahí para los jóvenes y hacérselo saber. La acogida, primero humana, que responda a sus necesidades de hablar, de ser escuchados, de tener encuentros profundamente humanos que les permitan reconocerse y reconstruirse. La verdadera influencia educativa, el verdadero atractivo, tiende a poner en evidencia la originalidad y la peculiaridad de cada niño, adolescente o joven.